martes, 3 de septiembre de 2013

Manual del buen ciudadano democrático

En los tiempos que corren, ya son varias las veces que he oído a políticos recordándonos lo que es democrático y lo que no. Básicamente, democrático es echar un papel en una urna cada cuatro años y dedicarse a otras cosas entre tanto. Cualquier actividad política entre medias, promover leyes, manifestarse, intentar influir en las decisiones políticas… No es democrático.

Y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo con ellos.

El problema es que ando preocupado, pues si lo repiten mucho últimamente es sin duda porque nos estamos olvidando de lo que es ser un buen ciudadano democrático.

Por ello, he decidido, hacer un manual del buen ciudadano democrático. Estoy seguro de que nuestros políticos me agradecerán esta labor altruista.

Como a alguno puede que le cueste entenderlo, he puesto una analogía futbolística con la que creo que se entiende mejor.

MANUAL DEL BUEN CIUDADANO DEMOCRÁTICO.

1.- Hazte simpatizante de un partido. En mayor o menor grado, eso es lo de menos, lo importante es ser simpatizante, que te guste que ese partido gane elecciones y que te fastidie que gane el contrario. Como el que es del Madrid o del Barça, no hay que buscar muchas razones, uno lo es porque lo es desde pequeño y punto. Por ello disfrutas cuando gana tu equipo y pierde el rival. Pues de eso se trata.

La política tiene además ventajas con respecto al fútbol.
La entrada a un partido cuesta dinero, mientras que un
mitin es gratuito y regalan llaveros y abanicos...
Existen, claro, otras alternativas. Por ejemplo, no ser de ningún partido y en cambio tener ideología. Esto es un auténtico engorro. Primero exige tener interés e inquietudes, informarse, leer y reflexionar. Analizar y tener opinión sobre cual debe ser el papel del estado, sobre si una sociedad avanza fomentando la competencia para que ella desencadene la actividad económica con poca injerencia del estado y con el riesgo de que se produzca exclusión o desigualdad o si en cambio avanza cuando el estado garantiza la igualdad de oportunidades y evita la exclusión aún a riesgo de no fomentar la competencia económica y por tanto no generar tanta actividad… Entre estos dos polos opuestos de la concepción del estado, existen muchos matices y posibilidades… Es lo que se conoce como ideología… pero insisto, tenerla exige una reflexión… tener en cuenta los modelos planteados por los ideólogos de unos y otros, analizar los modelos implantados en otros países, encajarlos con tus convicciones sociales… en fin… un engorro…

Ello exigiría, por ejemplo, no votar por “simpatía” sino por reflexión. Hacer cosas como analizar la situación de tu país y hacer una lista de puntos que consideras necesarios para avanzar hacia tu modelo estructural o coyuntural ideal. Luego tendríamos que leernos los programas de los partidos (¿Os imagináis que fastidio?, total, si no los cumplen…) y votar a aquel que más se asemeje a lo que tú crees, desde tu reflexión de qué es lo necesario para mejorar… Con independencia de las siglas de cada partido, que en muchas ocasiones no tienen mucho que ver con lo que eran cuando se pusieron esos nombres…

Volviendo al ejemplo con el futbol… Es como si en vez de ser del Madrid o del Barça, porque sí, fuéramos defensores de un estilo de juego, y cambiáramos de equipo en función de cual es el que creemos que mejor refleja ese estilo… No tendría mucho sentido, es mejor ser de tu equipo, o partido, a muerte, juegue como juegue y haga lo que haga…

Por ello hay que seguir con disciplina el punto 1. Ser simpatizante de un partido político… y dejar lo de tener ideas para el que tenga tiempo.

2.- Analiza los hechos sin objetividad. Este punto es fundamental.

Siguiendo con el ejemplo, si alguna vez habéis visto un partido de fútbol Madrid-Barça con un aficionado de cada equipo, observaréis un hecho curioso. Supongamos que en un momento dado el árbitro pita una falta a favor del Madrid. El aficionado del Barça, en muchos casos, pensará que la falta ha sido injusta… Mientras que el aficionado del Madrid, en muchos casos, pensará que es injusto que no le saquen tarjeta al del Barça… ¿Qué ocurre? ¿Cuál de los dos se engaña? Pues ninguno de los dos, o mejor dicho, los dos. El hecho de ser simpatizante o aficionado les hace percibir la realidad de una manera subjetiva, y creen sinceramente estar en lo cierto. Por mucho que discutan nunca llegarán a un consenso pues considerarán que el otro no es capaz de ver lo evidente. Han perdido la objetividad.

Pues bien, en política hay que hacer lo mismo. Una vez se cumple el punto 1. Ser simpatizante de un partido político, hay que perder la objetividad. De esta manera, si el partido al que votas incumple las promesas electorales o tiene casos de corrupción, tienes que intentar subjetivar la situación. En primer lugar, para las supuestas “faltas” de tu partido, hay que buscar excusas; que los que denuncian tienen intereses conspiranóicos…, que no les quedó más remedio que incumplir… da igual, cualquiera es buena. Pero claro, si lo mismo lo hace el partido contrario hay que indignarse, ir a machete, pedir tarjeta roja…

A veces en futbol ocurre que la falta que ha cometido tu equipo es tan evidente que no se puede negar. En ese caso el buen aficionado siempre recurre a recordar que el equipo contrario ha cometido muchas y peores en el mismo partido… Así se dan frases como “los del equipo contrario son unos guarros, o unos llorones…”

En política hay que hacer lo mismo. Cuando el incumplimiento electoral o el caso de corrupción de tu partido sea evidente, hay que recurrir a la comparación. Si, es verdad, parece que ha habido algo de corrupción, pero es que el partido contrario tiene más… la frase más recurrente en estos casos es la de “sí parece que ha habido un sinvergüenza, pero ya le han echado… en cambio en el partido contrario son unos corruptos de por sí…”

Para ser democráticos cada cuatro años,
todo son facilidades
Existen otras alternativas. Imaginaros que al igual que en fútbol hay jugadores marrulleros y deportivos, y estos se dan en todos los equipos dependiendo de las épocas, imaginaros que en mayor o menor medida, los partidos políticos fueran un reflejo de la sociedad, con gente, más o menos honrada o ladrona, como en cualquier faceta social. El problema es que en un sitio en el que se ejerce el poder con impunidad aparente, los que sean corruptos, (muchos por lo que se ve) encontrarían libertad para poder dar rienda suelta a sus corruptelas, imaginaros entonces que las diferencias entre los casos de corrupción tuvieran que ver con estar en el poder o manejar dinero (tener la posibilidad de…) y que por eso los partidos que tuvieran el poder tendrían mas casos que los que no manejen pasta que lógicamente no podrían robar tanto… ¿Cómo podríamos evitarlo…? Pues por ejemplo… No volviendo a votar al partido al que votamos si incumple sus promesas o tiene casos de corrupción…

Pero ¿Qué ocurriría entonces? Pues que todo sería un caos… Los partidos políticos tendrían que preocuparse de evitar los casos de corrupción en sus filas o castigarlas de verdad si se producen… Y tendrían que velar por el cumplimiento de sus promesas o explicar bien sus decisiones… De lo contrario no les volverían a votar en la siguiente elección…

Alguno pensará que además no serviría de nada… Pues si dejo de votar al partido que voté por un caso de corrupción y voto a otro, seguramente el otro partido también haya tenido casos de corrupción sin depurar…

Pero recordad que lo peligroso de esta alternativa sería si la hiciéramos la mayoría… Entonces todos los partidos perderían tras casos de incumplimiento o corrupción y se verían obligados a renovarse para volver a ganar… Vaya caos…

Pero para que lo hiciera la mayoría alguien tiene que empezar… y todos pensaríamos… ¿Voy a dejar de votar a mi partido por lo que ha pasado cuando los del contrario no dejan de votar al suyo con todo lo que ha pasado también? ¡Que empiecen los otros…!

Por eso esta alternativa no parece muy viable, pues ¿Quien se va a arriesgar a no votar a su partido siendo cumplidor del punto 1? (Recordar, que el punto 1. Ser aficionado a un partido, tiene por derivación también, el desear que el contrario no gane…)

Para evitar la alternativa y no tener problemas de conciencia es necesario seguir estrictamente el punto 2. Analizar los hechos sin objetividad. Y así no se plantearán alternativas extrañas.

Existen terapias de ayuda para los que tengan problemas para seguir el punto 2. Analizar los hechos sin objetividad. Se llama: Seguir los medios de comunicación afines.

3.- Seguir medios de comunicación afines.

Este punto es fundamental para conseguir el punto 2. Analizar los hechos sin objetividad.

Los medios de comunicación, hace ya mucho tiempo que dejaron de ser medios de información y empezaron a ser medios de opinión. Esto no es bueno ni malo, simplemente es un hecho.

La información es algo costoso y difícil de digerir para el que la recibe. Requiere conocimiento y pensar… Mientras que la opinión es un producto de fácil asimilación.

Hoy ningún medio daría una noticia como: “El presupuesto de servicios sociales del ayuntamiento es de 100.000 Euros”. Eso es información. Eso no lo quiere nadie, eso no dice nada, eso no es noticia… 100.000 Euros para ese ayuntamiento ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Es mucho? ¿Es poco…? Tendríamos que informarnos y tener una opinión sobre cuanto debería ser la partida para servicios sociales del ayuntamiento, conocer las cuentas y tener ideas sobre como habría que repartir los presupuestos… Insisto, un engorro… Eso no lo quiere nadie.

Preferimos que nos digan “A pesar de la falta de ingresos de el año anterior, el ayuntamiento mantendrá un presupuesto de 100.000 Euros en servicios sociales”. O “El presupuesto en servicios sociales será un año más el que más baje, mientras que el de festejos se mantiene”.

Eso es opinión. Y es muy práctica. Pues ya nos evita el tener que pensar o analizar. Dependiendo de una u otra el mismo hecho nos podrá parecer bien o mal.

Por eso los medios ya prácticamente carecen de información a secas. Son sobre todo opiniones, tertulias, debates, editoriales,… Opinión. Ni siquiera al dar las noticias éstas se ofrecen con objetividad.

Cada medio tiene su tendencia y la suele seguir a rajatabla. Volviendo a la analogía futbolística. Los periódicos Marca o As, ante el mismo partido, sacarán titulares diferentes al Sport o El Mundo Deportivo. Cada uno tiene su tendencia. Su equipo.

En los medios de comunicación generalistas ocurre lo mismo. Cada uno tiene su tendencia. Es una política de segmentación de mercado. El Diario As, sabe que si dice que en su opinión el Barça es mejor que el Madrid, perderá lectores… Y lo mismo al revés con el Sport… Así ocurre también con los medios generalistas, que tienen una audiencia determinada y saben que si cambiaran de tendencia perderían la misma… Saben que hay un mercado que no sigue su medio, pero no les importa si pueden fidelizar a un mercado determinado y por ello, compiten entre los de tendencia parecida. (Adicionalmente a la razón de segmentación de mercado, existen otras razones, como apoyar partidos por determinados intereses… pero eso se sale del objeto de este manual…).

Y así, al igual que los aficionados del Madrid o del Barça leen periódicos distintos y que lo que publica el otro medio les parece exagerado y partidista, en política, debemos hacer lo mismo, elegir los medios afines a nuestro partido.

Es fundamental escoger bien a los
medios de opinión...
A alguno esto les parecerá difícil, pero nada de eso. Se hace casi sin darnos cuenta… Vamos descartando los medios que no son afines, pues nos parecen partidistas, pesados o que solo hablan de la corrupción de nuestro partido y vamos eligiendo a los que son afines, que ponen mucho más énfasis en la corrupción y lo malos que son los otros… Con el tiempo incluso, llegamos a pensar que los medios que escuchamos son los más objetivos y que los otros son bastante más subjetivos… Eso es que todo funciona bien, que la rueda gira y que estamos cumpliendo perfectamente los tres primeros puntos de este manual.

Recordad que este punto es también fundamental. En una sociedad en la que no tenemos tiempo ni ganas de reflexión, demandamos opinión. Esto nos facilita las cosas. Tener opinión propia es algo muy complejo y requiere tiempo y reflexión, en cambio, que te digan lo que tienes que opinar es algo bastante cómodo. Hay mucha gente que no es consciente de la diferencia y cree que tiene opinión, pero la diferencia es capital. Por ello, la elección de medios de comunicación a los que les daremos mayor o menor crédito es fundamental y ha de ser consecuente con nuestra elección en el punto 1.

Si no tienes problemas para seguir los puntos anteriores, cumplirás perfectamente el comportamiento democrático esperado y no hace falta que leas el punto 4. Si por el contrario no lo ves claro, el manual contempla como alternativa el punto 4.

4.- No perjudiques el funcionamiento democrático.

Si por cualquier motivo tuvieras problemas en el cumplimiento de los puntos anteriores, el manual contempla como alternativa el punto 4, que si bien, no contribuye al funcionamiento de este sistema, no lo perjudica.

Para estos casos (que se esperan excepcionales) se contempla la siguiente guía:
  • Puedes decir que pasas de los partidos y de la política.
  • Puedes decir que todo es una farsa.
  • Puedes hacerte una camiseta en la que ponga “Todo es una mierda”.
  • Puedes utilizar las redes sociales para quejarte de todo y manifestarte en contra de todo.
  • En general, puedes hacer lo que te de la gana siempre que no obstaculices el funcionamiento del sistema democrático es decir, no pretendas intervenir en política, asociarte, recoger firmas para promover leyes, manifestarte… Todo eso es antidemocrático. Recordad que el demócrata es el que deja todo en manos de los políticos y deposita un papel cada cuatro años.

Mientras todo quede en decir que pasas de la política y que todos son iguales y que todo es una mierda, no hay problema, puedes ponerlo en Facebook o en Twitter, pero ya está. No es la mejor opción pero ya hay mucha gente que cumple los tres primeros puntos, así que mientras no te salgas del guion, tampoco estorbas.

Anexo

Seguir todos estos puntos tiene muchas ventajas…

En el ejemplo futbolístico es claro, la subjetividad es la salsa en los debates deportivos y, mientras no se lleve al forofismo o la violencia, puede entretener los piques y tertulias entre amigos…

En política, tiene muchas ventajas también, puede que fomente la impunidad, la corrupción, la mentira, el todo vale por conseguir el poder… Pero tiene la mayor de las ventajas. No tenemos que pensar, y eso, parece ser que es algo en lo que todos coincidimos. Si no, no se explicaría que la mayoría sigamos a rajatabla este manual…

Si alguien tiene la tentación de informarse, pensar, analizar, reflexionar… en definitiva, intentar tener una opinión propia y no ve las ventajas de seguir este manual, ahí va la última de las razones, y quizás la más demoledora. Cualquier otro modelo democrático es inviable. Para explicarlo, repasemos brevemente como funciona un partido político en general.

En los partidos se va produciendo una selección natural. Desde joven la gente se afilia en las juventudes o en el partido de su pueblo. Ahí empieza la primera selección. El que tiene ganas de ayudar o colaborar, y no tiene afán de poder, no suele pasar de ahí. Como mucho llega a alcalde o concejal de algún pueblo en el que dedica mucho tiempo que combina con su trabajo. Sin embargo, los políticos buenos, los que tienen madera, los que tienen ansias de poder, saben como promocionar. Saben como aunar votos, saben como ascender… Esta selección se va produciendo poco a poco… Y cada vez es más dura. Requiere asesores que expliquen como hay que hablar, como colocar las manos, como evitar responder a lo que no se quiere responder… son muchas horas de estudio y dedicación… Cuando se llega a los últimos niveles de un partido… La selección natural ya está hecha.

Volvamos ahora al caso que nos ocupa. Imaginemos de nuevo que merece la pena tener opinión, informarse, reflexionar, analizar qué acciones creemos que hay que emprender para mejorar la sociedad. En definitiva, imaginemos que en vez de creer que lo que hay que hacer es lo que nos dicen los políticos afines, fuéramos nosotros los que tuviéramos opinión y pensáramos en cuales son aquellos más políticos más preparados, capaces o dispuestos (por sus programas) a hacer las cosas que creemos que son necesarias.

La carrera política es mucho más sacrificada de lo que
parece. No es de extrañar el cansancio de algunos...
¿A quién votaríamos entonces…? Pues tendríamos un gran problema… Porque tal y como funciona la política las personas más preparados de nuestra sociedad para resolver determinados temas… no son políticos. Son profesionales de determinadas materias. Los políticos han pasado su vida en congresos, votaciones, conspiraciones internas, asesores de imagen… No han sido más que políticos, no han tenido tiempo de formarse en otras cosas… (en algunos casos de políticos con cargos de responsabilidad internacional, ni si quiera de aprender inglés…)

Por ello, es utópico pensar en que tal y como funcionan los partidos, los “profesionales” de la política van a estar capacitados para solucionar problemas complejos… y por ello es necesario que nos conformemos con seguir los puntos del manual… ser de un partido o de otro como el que es del Madrid o del Barça… criticar al equipo contrario, animar al nuestro (que para eso se dejan mucho en asesores de imagen…) conformarse y creer que lo que hay que hacer es lo que los de nuestro partido digan que es lo que hay que hacer… cantar el himno de nuestro equipo…

Si no somos capaces de ver las ventajas de este modelo, al menos, hagámoslo porque cualquier otra posibilidad es inviable…

¿O no?

5 comentarios:

  1. Uf, ahora si que me ha quedado claro... creo que tengo por delante la árdua tarea de convertirme en una buena ciudadana, democrática por supuesto... tu artículo me ha abierto los ojos definitivamente, yo que andaba perdida y sin saber lo mal encaminada que iba... pondré en práctica todos los dictados que me presentas... ahora sólo tengo un pequeño problema, y es que no sé si hacerme del barsa o del Madrid ;). Magnífica entrada querido Urbanita.
    Besitos

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    1. Gracias Uve!!!
      Me alegro de que este manual guíe a los que estéis descarriados... ;)

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  2. Me ha parecido un artículo muy inteligente, de lo mejor que he leído en mucho tiempo.

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    1. Muchas Gracias Alice, tu juicio me da mucho ánimo, sobre todo viniendo de una gran lectora... Pero ha debido ser casualidad, si alguna vez te vuelves a pasar por aquí, ya te darás cuenta de que lo de la inteligencia me viene a picos, con muchos valles y pocas cumbres... :)
      Saludos,

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    2. No te creo :), después de este estuve leyendo varias entradas más: la de las camisetas... y me siguió pareciendo todo genial.

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