lunes, 30 de septiembre de 2013
martes, 3 de septiembre de 2013
Manual del buen ciudadano democrático
En los tiempos que corren, ya son
varias las veces que he oído a políticos recordándonos lo que es democrático y
lo que no. Básicamente, democrático es echar un papel en una urna cada cuatro
años y dedicarse a otras cosas entre tanto. Cualquier actividad política entre
medias, promover leyes, manifestarse, intentar influir en las decisiones
políticas… No es democrático.
Y la verdad es que no puedo estar
más de acuerdo con ellos.
El problema es que ando
preocupado, pues si lo repiten mucho últimamente es sin duda porque nos estamos
olvidando de lo que es ser un buen ciudadano democrático.
Por ello, he decidido, hacer un
manual del buen ciudadano democrático. Estoy seguro de que nuestros políticos
me agradecerán esta labor altruista.
Como a alguno puede que le cueste
entenderlo, he puesto una analogía futbolística con la que creo que se entiende
mejor.
1.- Hazte simpatizante de un partido. En mayor o menor grado, eso
es lo de menos, lo importante es ser simpatizante, que te guste que ese partido
gane elecciones y que te fastidie que gane el contrario. Como el que es del
Madrid o del Barça, no hay que buscar muchas razones, uno lo es porque lo es
desde pequeño y punto. Por ello disfrutas cuando gana tu equipo y pierde el
rival. Pues de eso se trata.
La política tiene además ventajas con respecto al fútbol. La entrada a un partido cuesta dinero, mientras que un mitin es gratuito y regalan llaveros y abanicos... |
Existen, claro, otras
alternativas. Por ejemplo, no ser de ningún partido y en cambio tener
ideología. Esto es un auténtico engorro. Primero exige tener interés e
inquietudes, informarse, leer y reflexionar. Analizar y tener opinión sobre
cual debe ser el papel del estado, sobre si una sociedad avanza fomentando la
competencia para que ella desencadene la actividad económica con poca
injerencia del estado y con el riesgo de que se produzca exclusión o
desigualdad o si en cambio avanza cuando el estado garantiza la igualdad de
oportunidades y evita la exclusión aún a riesgo de no fomentar la competencia
económica y por tanto no generar tanta actividad… Entre estos dos polos
opuestos de la concepción del estado, existen muchos matices y posibilidades…
Es lo que se conoce como ideología… pero insisto, tenerla exige una reflexión…
tener en cuenta los modelos planteados por los ideólogos de unos y otros, analizar
los modelos implantados en otros países, encajarlos con tus convicciones
sociales… en fin… un engorro…