Fue Malthus, en 1798, quien plateó por primera vez la preocupación por la escasez de
los recursos de forma sistemática. A lo largo de la historia se han producido muchas rachas de
escasez, tanto de alimentos, como de materias primas que han supuesto
plagas, hambrunas o desabastecimiento de la población.
La clave para prevenir futuros
desabastecimientos es la correcta planificación de la producción y el consumo.
Por eso hay que estar muy atento a los indicadores y señales que evidencien que
un recurso determinado puede empezar a agotarse.
Como no me fío mucho de la panda
de gobernantes que rigen el mundo en nuestros días, yo practico una vigilancia
activa de cualquiera de estas evidencias y para mi pesar descubrí que había
síntomas inconfundibles de escasez de un producto. Camisetas. O eso pensaba yo.
Solo así se explicaba que cada
vez haya más gente que se haga fotos de perfil en el espejo sin camiseta. Se
trataba sin duda de los primeros síntomas de un desabastecimiento de camisetas.
Aunque los síntomas eran
evidentes, no quise precipitarme en mis conclusiones e intenté razonar y buscar
alguna otra explicación a la tendencia, cada vez en aumento, de mostrar los
abdominales en fotografías de perfil.
Finalmente, tras mucho deliberar,
encontré otra explicación posible a dicha tendencia, sin embargo, no tengo
claro si dicha hipótesis tiene base por lo que paso a intentar explicarla de
forma clara y cronológica para someterla a vuestro juicio, aun a riesgo de que
este artículo pueda resultar largo y tedioso…
Lo primero en que me fijé es en
si esto sólo se produce en fotos de perfil… Y llegué a la conclusión de que no.
Se produce por todos los lados. En televisión se aprovecha cualquier ocasión
para salir sin camiseta, en las películas es rara la ocasión en que no hay
desnudos, en publicidad la gente sale en lencería para comerse un yogur…
Yo esto no lo entendía muy bien.
No me malinterpretéis, que no tengo nada en contra de la piel humana (al revés
me cuesta entender los tabúes que tienen algunas personas con la desnudez, pero
eso es tema para otra entrada). Los que me conocen y han convivido o coincidido
conmigo saben que suelo andar en verano en calzoncillos sin importarme quien
esté o que suelo ser bastante despreocupado con la desnudez. Pero lo hago en
plan natural, por comodidad o temperatura. No se me ocurre quitarme la camiseta
para una foto de perfil o bajarme los pantalones para comerme un yogur.
El asunto era más complejo de lo
que yo me pensaba, así que analicé las películas, anuncios o series de hace
décadas para ver si antiguamente ocurría lo mismo.
Descubrí que no era así, que
antes en los anuncios la gente salía vestida. Que en las películas de antes los
galanes salían con traje en vez de con boxer, y que la gente que admiraba a las
actrices tenía fotos de ellas con vestido en vez de con tanga.
Mi investigación evidenciaba que
algo había pasado de un tiempo a esta parte, pero no encontraba la explicación.
Estaba a punto de abandonar cuando me di cuenta de algo que me llamó la
atención.
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Querida Marilyn: Puede que hoy no la contratasen
para anunciar yogures, pero yo la veo estupenda. |
Me fijé en la complexión de los
actores y las actrices de antes. Eran complexiones normales. Quiero decir, que
los hombres tenían aspecto normal y las mujeres también, con sus curvas y todo
lo que nos diferencia…
Las complexiones de ahora, en
cambio eran distintas. Las de los hombres mostraban una mayor musculación… y
las de las mujeres una mayor delgadez y ausencia de curvas en comparación a
las de antes…
Evidentemente lo primero que
pensé, basándome en la teoría darwiniana, es que se había producido una
mutación genética en la especie humana. Aparentemente era la única explicación,
pero lo descarté basándome en que no habían pasado los siglos suficientes… Algo
no encajaba…
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