martes, 1 de octubre de 2013

Mentalidad emprendedora

Casi todos los veranos me planteo seriamente el hacer una canción del verano. Creo que tras años de estudio he llegado a tener controlados los parámetros que me asegurarían el éxito. El ritmo es lo de menos, todas tienen el mismo… Lo importante es decir frases con estereotipos machistas sin mucho sentido. Es más, ni siquiera hay que conectar las frases… son válidas onomatopeyas sin sentido y algún que otro “tu si que sabe nena”, “sé lo que le gusta a tu cuelpo”, “tu cuelpo calentito por el sol….”

Cómo molo...
La clave está en el vídeo… En una playa o un yate… Yo tendría que llevar una camisa desabrochada con alguna cadena chula y me pintaría algo a modo de tatuaje mientras hago gestos a modo de mira que chulo soy cuidadito conmigo. En mi caso el yate se suprimiría por temas presupuestarios, pero ya nos escaparíamos un finde a alguna payita mediterránea.

Y digo nos escaparíamos porque tendría que hacer el vídeo con unas cuantas amigas. Su labor es fundamental. Tienen que aparecer en el vídeo en bikini moviéndose sin sentido como si tuvieran ataques epilépticos. Así, mientras yo canto poniendo cara de cabreado como si le fuera a pegar al cámara, ellas tendrían que menearse de manera absurda como si hubieran descubierto su cuerpo por primera vez y quisieran asegurarse de las medidas.
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